El arroyo de Boadilla es el curso fluvial más maltratado de la comarca de La Sagra.
Recorre los términos de Ugena, Illescas y Yeles y ninguno de los tres municipios puede estar orgulloso del tratamiento antiambiental que han proporcionado a este importante espacio que es dominio público hidráulico de acuerdo con la ley de Aguas.
Las organizaciones ecologistas firmantes de este escrito exigen a las administraciones municipales, las autonómicas (Consejería de Agricultura y Medio Ambiente) y las estatales a través de la Confederación Hidrográfica del Tajo, la protección y cuidado del ecosistema de este arroyo antes de que su recuperación sea irreversible.
El arroyo de Boadilla inicia su recorrido en Ugena rodeado ya de una treintena de ejemplares de Ulmus Minor, comunidades incluidas en el Hábitat 92A0.
La actividad urbanística de los últimos años (ni los POMs que ahora se elaboran de los municipios citados), no han respetado el dominio público hidráulico (cauce de máxima crecida y zonas de inundación), ni los 5 metros de servidumbre, ni los 100 metros a cada lado de policía. (RD 1/ 2001 Texto Refundido de la Ley de Aguas y Reglamentos que la desarrollan.).
En el término de Illescas, muy cerca de la vía, el Boadilla recibe al del Pradillo conformando la más hermosa olmeda (Ulmus Minor) de La Sagra. Esta especie, diezmada en toda Europa por la grafiosis se ha recuperado en esta zona de una manera espectacular a pesar de las talas y abandono a que ha sido sometida. Cientos de ejemplares de olmos históricos y autóctonos vulnerables a la extinción, conviven con numerosos majuelos (crataegus monogyna Jacq), escaramujos (rosa canina), retamas amarillas (Retama sphaerocarpa L), zarzas (rubus fructicosus), tarays (tamarix canariensis), álamos blancos (populus alba L.), sauces (salix alba), acacias (Robinia pseudoacacia, y almendros (Prunus dulcis).
Muy cerca del arroyo, hacia el sur, viven más de 5000 olivos centenarios que el insostenible POM de Illescas pretende hacer desaparecer.
Es numerosa, así mismo, la fauna que habita este lugar conformando una completa cadena trófica: comedores primarios o litófagos, predadores y necrófagos.
La zona, aprisionada por un campo de golf que vierte aguas contaminadas de pesticidas al arroyo e invadida por vehículos que circulan por su mismo cauce y por maquinaria pesada de la empresa que canaliza líneas eléctricas en la zona protegida de servidumbre del arroyo destruyendo sin pudor ejemplares de olmos y de toda vegetación que encuentra a su paso, posee, además otra riqueza catalogada en el Hábitat 6420 cuyo protagonista es el junco churrero (Scirpoides holoschoenus), indicativo del alto nivel freático, y que junto a cañas (Arundo donax), carrizo (Phragmites australis), espadaña (Typha latifolia), esparraguera (Asparagus officinalis y otras numerosas herbáceas, constituye un humedal obligatorio de proteger de acuerdo con la normativa de la Unión Europea.
El arroyo sufre, más adelante, la agresión de un polígono industrial, sus aguas comienzan a oler debido a los vertidos sin depurar hasta llegar a Yeles. En esta localidad se ha cometido una de las mayores agresiones que se pueden hacer a una ribera fluvial: se ha hormigonado, destruyendo toda posibilidad de vida vegetal y animal. Finalmente, el Boadilla confluye con el Guatén, canalizado a su paso por Yeles, y, juntos, avanzan hacia el Tajo.
El valor ambiental de la zona que describimos es innegable. Es por ello que exigimos a la Confederación Hidrográfica del Tajo (así como a las autoridades ambientales autonómicas, de la Mancomunidad de la Sagra Alta y de los ayuntamientos de Illescas, Ugena y Yeles) que tome la iniciativa y proteja al arroyo de Boadilla en todo su cauce, especialmente a su paso por Illescas en donde el POM previsto pretende destruir Hábitats protegidos por la Unión Europea. De manera urgente, exigimos que se paren las obras que junto a su cauce se están llevando a cabo por una empresa eléctrica en el término de Illescas.